El dicho “tocar el violín más pequeño del mundo” hace referencia a la acción de desahogarse o quejarse demasiado. El refrán es irónico: el tamaño del instrumento se asocia a la pequeñez de los problemas que esgrimen esas personas. Ahora, un equipo de científicos llevó esa idea al mundo real, aunque con propósitos bien diferentes a los de la lamentación.
Leé también: Los cuatro aportes vitales de la nanotecnología a la medicina y el futuro de los tratamientos personalizados
Físicos de la Universidad de Loughborough, en el Reino Unido, crearon un violín más diminuto que un pelo humano: tiene 13 micras de diámetro, en comparación con las 180 micras de un cabello. ¿Cuál es el propósito de este desarrollo que, en rigor, trasciende la curiosidad del refrán?
El violín más pequeño del mundo allana el terreno para la tecnología del futuro
El instrumento que vemos en la imagen a continuación de este párrafo no es, realmente, un objeto manipulable. Nadie podrá sacarle una nota. Se trata de un diminuto gráfico con la forma de un violín, que fue creado con técnicas avanzadas de nanolitografía. En criollo, es un método para grabar patones en materiales a escalas pequeñísimas.

“Una vez que comprendamos cómo se comportan los materiales, podremos empezar a aplicar ese conocimiento para desarrollar nuevas tecnologías, ya sea mejorando la eficiencia computacional o encontrando nuevas formas de obtener energía”, explicó Kelly Morrison, física de la mencionada institución británica.
La clave es conseguir mejoras en los procesos de miniaturización, que tienen implicaciones relevantes para el despliegue de tecnologías innovadoras, incluida la informática.
¿Cómo dibujaron el violín?
En primera instancia, el equipo usó una aguja finísima y caliente para trazar la silueta del instrumento en un chip recubierto de polímero. Luego, se disolvieron las secciones por las que pasó el filo y rellenaron las cavidades con platino. Finalmente, retiraron el chip y el resto de material, para que se vea el dibujo.

Siguiendo el repaso de Science Altert, el proceso puede parecer sencillo a primera vista, aunque se trata de una técnica muy delicada que requiere equipos que ocupan una habitación entera.
Leé también: Inteligencia Artificial y nanotecnología, la sinergia que supera la ciencia ficción y transforma el futuro
“Estoy muy entusiasmada con el nivel de control y las posibilidades que ofrece este sistema”, comentó Morrison. “Tengo muchas ganas de ver lo que puedo lograr, pero también lo que otros pueden hacer con el sistema”, cerró la investigadora.