En un caso que conmocionó a Rosario, el 6 de diciembre de 2021 María Cristina Carabajal fue asesinada de un tiro en la cabeza frente a sus hermanas. Casi cuatro años después, la Justicia condenó a la persona responsable de “entregarla” para que la asesinen: una amiga de la víctima.
Se trata de Rocío Soledad Castro, quien en las últimas horas recibió una pena de 14 años de prisión por su participación en el crimen de Carabajal. La sentencia fue dictada por el tribunal del Centro de Justicia Penal, compuesto por las juezas Silvia Castelli, Valeria Pedrana y Paula Álvarez.
Un plan macabro y un móvil incierto
El Ministerio Público de la Acusación no tiene dudas sobre el rol de Castro como partícipe necesaria en el crimen. Sin embargo, el móvil del asesinato sigue siendo un misterio.
Una de las hipótesis vinculaba el crimen con el pasado de la víctima, que había mantenido una relación con Facundo Ariel “Jirafa” Pérez, quien se encuentra detenido desde julio de 2023 como integrante de la banda del narcotraficante Julio Andrés “Peruano” Rodríguez Granthon.
Según indicaron distintos medios locales como La Capital, María había denunciado a Pérez por violencia de género, lo que llevó a que él pasara un tiempo detenido. Sin embargo, no se pudo probar la vinculación del hombre con el crimen.
Según testigos, el sicario esperó a la víctima aquel 6 de diciembre y le disparó a sangre fría, para después escapar en un auto.
La trampa mortal
El día del asesinato, Castro se comunicó con María para invitarla a tomar mate. A las 19.55, le envió un mensaje diciendo “Yendo (emoji de auto)”. A las 20.05, María respondió “ahí salimos”, y Castro contestó: “Sí, sí, espérame afuera”, “Ya llego”.
Pero cuando María salió de su casa, en lugar de encontrarse con su amiga fue interceptada por un hombre armado que le disparó en el cráneo.
El fiscal Lisandro Artacho sostuvo que Castro no fue una testigo inocente, sino que su rol fue indispensable para que el crimen ocurriera.
Otro detalle en el mismo sentido fue que, tras el asesinato, Castro dejó de usar la línea telefónica con la que se había comunicado con la víctima y no volvió a arse con ella ni con su familia.
La condena a Rocío Castro marca un paso importante en la búsqueda de justicia para María Carabajal, aunque el caso sigue rodeado de incógnitas sobre los verdaderos motivos detrás del asesinato.