El choclo es un clásico en la cocina argentina, pero muchas veces lo cocinamos de manera que pierde su esencia. Hervirlo o hacerlo a la plancha puede parecer práctico, pero estas técnicas pueden arruinar su sabor natural y despojarlo de sus nutrientes.
Sin embargo, existe un método más eficaz: cocinarlo al vapor con su cáscara.
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¿Por qué evitar hervir el choclo?
Hervir el choclo puede parecer la opción más rápida, pero tiene sus desventajas. Al sumergirlo en agua, sus azúcares naturales se disuelven y los nutrientes solubles se pierden. Además, al quitarle la cáscara antes de cocinarlo, se le priva de su protección natural, lo que afecta directamente su sabor y textura.
Por qué es mejor al vapor
Cocinar el choclo al vapor con su cáscara es la mejor manera de preservar su dulzor y sus propiedades. Este método permite que el choclo se cocine con su propia humedad, concentrando los sabores y manteniendo intactas sus vitaminas del complejo B, ácido fólico y antioxidantes.

Paso a paso para cocinar choclo al vapor
- Dejá la cáscara exterior del choclo tal como viene. Si está muy sucia, podés enjuagarla superficialmente.
- Agregá agua en una olla y por encima colocá un colador, asegurate de que no toque el nivel de la canasta de vapor.
- Una vez que el agua hierve, poné los choclos enteros dentro de la vaporera.
- Cociná entre 10 y 15 minutos, dependiendo del tamaño del choclo.
- Retiralo con cuidado, quitá la cáscara y agregá si querés un poco de manteca, sal o limón.
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Con este método, el choclo queda tierno, jugoso y muy sabroso, sin necesidad de hervirlo ni dorarlo.