Desde intendentes hasta sindicalistas, referentes del peronismo advierten con desatar una crisis nacional si avanza la condena. La estrategia busca condicionar al Poder Judicial mediante amenazas abiertas de desestabilización.
Con la inflación en descenso, la nueva demanda de la sociedad no es ideológica. El sueldo no alcanza y el debate que viene no es técnico: es humano. Y el kirchnerismo no es juez, sino responsable.
Mientras los sueldos del personal de salud apenas superan el umbral de la pobreza, los senadores argentinos se lo aumentaron un 931% en dos años. Y todavía tienen el descaro de quejarse.
Ya no juega para ganar la provincia de Buenos Aires, juega para no perder la libertad. Se baja a la Tercera Sección Electoral bonaerense para asegurarse los fueros y evitar la cárcel.
Después del escándalo del documental y la recusación de la magistrada, el Tribunal Oral Criminal N°3 decidió anular el juicio por la muerte de Maradona. Tenemos todo para ser potencia, pero en los momentos decisivos nos tiramos un tiro en el pie.
La locura y la verborragia del Presidente vino a interpelar a todo el sistema político. No es la edad, no es el cansancio, no son las causas: es la sociedad la que les baja la persiana, porque el trámite de jubilación siempre lo hace el pueblo.
Los porteños no quieren más populismo; el PRO se fue achicando y La Libertad Avanza se transformó en el partido elegido para el cambio.
Mientras dos egos parecidos se destripan en una guerra caprichosa, Cristina Kirchner disfruta. Y el viejo ladri-progresismo afila el colmillo.
Alguna vez en Argentina la limpieza de chorros deberá comenzar. Este proyecto de ley era un paso en esa dirección. Pero el Congreso la rechazó.
Los argentinos estamos en manos de un grupo de extorsionadores que viven a costa del pueblo.
Con la horrible y condenable actitud de Santiago Caputo, ahora se muestran como paladines de la prensa libre. Pero nada dijeron cuando Alberto Fernández era una máquina de maltratar periodistas, por mencionar un solo caso.
Durante años lo señalaron, lo atacaron y hasta lo insultaron. Hoy, tras su partida, quienes le dieron la espalda se llenan la boca de elogios.
Hasta ahora no hubo ninguna devaluación. Por lo tanto, no hay ninguna razón para que los precios suban y el índice del INDEC explote, como quiere el kirchnerismo.
Negociar no puede ser mala palabra en política, porque con un Gobierno dividido, gana el kirchnerismo.
De “Pitu” Salvatierra, que estuvo siete años preso por el robo de tres bancos, a Leandro Santoro, que tuvo un cambio de postura notable: pasó de pasear el perro de Alberto Fernández a desconocerlo.
La esperanza de la población se centra en un dólar estable y una inflación a la baja. Sin embargo, si el gobierno devalúa, todo ese esfuerzo entrará en crisis.
Armaron un cronograma del caos: tres paros generales, dos marchas de la UBA, una marcha antifascista, dos marchas con barras. ¿Cómo termina el cronograma? Con la condenada, diciendo: “Descomposición institucional”.
La oposición, que apostaba al caos, terminó descolocada. Con la ley aprobada, Milei retoma la iniciativa y marca el ritmo político.
Tras el escándalo cripto y los incidentes en la marcha de los jubilados, aparecieron los kirchneristas en nado sincronizado para pedir la renuncia de Milei.
El gobernador usó su discurso ante la Legislatura bonaerense como una especie de lanzamiento presidencial. El kirchnerismo apuesta todo por quien conduce un distrito azotado por la inseguridad. Y por alguien que, en su gestión como ministro de Economía, nos hizo perder US$50.000 millones.
